¿Qué es el aprendizaje mixto, semipresencial o combinado?
El «blended learning» o «b-learning» es un tipo innovador de formación que aúna las clases presenciales tradicionales con herramientas de aprendizaje virtual. Esta combinación ganadora permite a los alumnos seguir la formación a su propio ritmo y, al mismo tiempo, beneficiarse de la interacción con los formadores y su experiencia.
¿Cuáles son las principales características de este tipo de formación, conocida en inglés como «blended learning»?
Las formaciones mixtas, semipresenciales o combinadas pueden impartirse de varias maneras diferentes. Por ejemplo, un programa formativo puede iniciarse con una clase presencial tradicional en un aula y, a continuación, reanudarse con clases virtuales utilizando módulos en línea o videoconferencias. O a la inversa. Prácticamente no existen reglas. Por eso, esta libertad resulta ciertamente atractiva para empresas y centros de formación, que pueden así ofrecer distintos tipos de planificaciones de formación. Para los alumnos, la formación mixta supone un ahorro de tiempo, ya que pueden cursar una parte de ella a distancia, sin necesidad de desplazarse al centro de formación o a su lugar de trabajo.
Además, esta modalidad permite a cada alumno/a avanzar a su propio ritmo en función de distintos criterios como, por ejemplo, la velocidad de aprendizaje o la capacidad de comprensión. Por su parte, las sesiones presenciales permiten a los alumnos interactuar con los docentes y con otros alumnos (en el caso de las formaciones en grupo) a través de la formulación de preguntas y la obtención inmediata de respuestas a sus dudas. En el caso del aprendizaje en línea, resulta ideal para repasar los conceptos abordados al ritmo que se marque cada estudiante.
Al igual que los cursos MOOC, COOC, SOOC o SPOC, este tipo de formación puede conducir a la obtención de un certificado o diploma.
Ventajas de la formación mixta
Además de las ventajas derivadas de los cursos presenciales y virtuales, la formación mixta permite a cada alumno/a avanzar en el programa formativo a su propio ritmo, en función de su disponibilidad. La otra gran ventaja de la formación mixta es el aspecto financiero: el coste de esta formación es menor que el de la formación presencial tradicional. Esto se debe a la disminución de los desplazamientos al lugar de formación, lo que favorece una reducción de los gastos en dietas y transporte de formadores/alumnos. Y lo mismo sucede con los costes docentes.
¿A quién se dirige el aprendizaje mixto?
Las formaciones mixtas pueden interesar a un amplio abanico de profesiones y sectores empresariales. Sin embargo, algunos de ellos tienen más probabilidades de beneficiarse de sus bondades. Ámbitos como el marketing, la gestión o, incluso, los idiomas son grandes candidatos a la formación mixta.
