¿Qué significan los términos «sincrónico» y «asincrónico»?
El aprendizaje sincrónico hace referencia a un grupo de alumnos que sigue las etapas de un curso al mismo tiempo. La formación es, por tanto, colectiva y puede tener lugar en un aula o durante una videoconferencia. En un contexto profesional, los empleados pueden experimentar este enfoque durante sesiones de formación presenciales o webinarios.
Por el contrario, el aprendizaje asincrónico se caracteriza por una enseñanza individual. No existe ninguna interacción entre los participantes. Esto ocurre durante los exámenes o el visionado de un vídeo. Cada alumno va a su ritmo y no depende de ningún grupo de personas.
Comprensión de la enseñanza sincrónica y asincrónica: ¿cuáles son sus características?
En la formación sincrónica, los alumnos asisten a clases convencionales. La comunicación entre las personas es instantánea, lo que favorece los intercambios entre formadores y participantes. Las sesiones se imparten en directo y se avanza en grupo.
En la formación asincrónica, la formación está grabada de antemano. Los participantes pueden trabajar a su ritmo y plantear sus dudas por correo electrónico. No se organizan sesiones en directo.
Elección del tipo de formación: ventajas e inconvenientes
Según un informe de 2018 sobre aprendizaje en el lugar de trabajo, el 94 % de los empleados se queda en una empresa cuando esta ofrece formación. Ante esta realidad, es fundamental ofrecer el formato adecuado para cada perfil.
Los enfoques de las formaciones sincrónica y asincrónica son diferentes. Y cada uno tiene sus ventajas y sus inconvenientes.
El aprendizaje sincrónico permite la interacción con otros participantes. Las preguntas y experiencias de los demás enriquecen y permiten desarrollarse a los alumnos. Además, la respuesta a las preguntas es inmediata. La presencia en directo del formador permite obtener respuestas rápidamente.
Sin embargo, esta formación tiene un horario fijo y predefinido que los participantes deben respetar si desean asistir a las clases.
Por el contrario, la formación asincrónica permite a los participantes organizarse como deseen. Gracias a los recursos didácticos. digitales, los alumnos pueden avanzar a su propio ritmo. Por tanto, los empleados no tienen obligación alguna de asistir a las clases. Ahorran tiempo de trabajo. Sin embargo, la interacción con otros alumnos y formadores es mucho menor. En el aprendizaje asincrónico, el trabajo es totalmente individualizado.
Las formaciones sincrónica y asincrónica son dos enfoques completamente diferentes. En función del perfil de los alumnos, debemos fijarnos en las características de estas formas de aprendizaje para garantizar su éxito.