Ludificación

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Ludificación de las formaciones

Recurrir a juegos en una formación es de lo más natural en la medida en que el juego se encuentra muy arraigado en la sociedad y en nuestros genes. La ludificación de las formaciones nos hace olvidar que estamos aprendiendo. Sin embargo, para eso, es preciso distinguir claramente entre juegos de entretenimiento y juegos instructivos. Una diferenciación pertinente tanto en relación con los métodos utilizados como con los objetivos. En cuanto a los objetivos, el juego clásico únicamente busca el entretenimiento y el placer, mientras que el formativo pretende favorecer la adquisición de conocimientos y competencias. Por último, conviene recordar que un juego de entretenimiento puede repetirse infinitas veces, mientras que uno instructivo termina tan pronto como se comprende y se asimila el aprendizaje.


Particularidades de los juegos de carácter formativo

La ludificación de la formación debe cumplir la regla de las 3P.

  • Pedagogía: se trata del ADN de los juegos de formación, cuyo objetivo es la adquisición de nuevas competencias.
  • Placer: se trata de una dimensión lúdica que facilita la implicación de los alumnos. Además, el juego es una forma estimulante y divertida de progresar y generar un espíritu competitivo. Por último, dado que el juego plantea situaciones menos arriesgadas que las reales, los alumnos son más atrevidos y creativos.
  • Productividad: todo aprendizaje debe responder a objetivos precisos y cuantificables. Y los juegos se prestan perfectamente a esta regla. Una idea sería introducir un sistema de puntos y medallas para recompensar a los alumnos más productivos o creativos.

¿Cómo introducir el juego en una formación?

La siguiente regla, también conocida como «la regla de las 3R», es un buen punto de partida para introducir una dimensión lúdica en una formación:

  • Retos: mejor hablar de retos y no de competiciones. El objetivo es introducir un concepto de progreso con un objetivo para alcanzar.
  • Regalos: debemos introducir un sistema de recompensas para reforzar la motivación de los alumnos que juegan.
  • Reflexión: los juegos implican también un ejercicio de reflexión que permite encontrar una solución a un problema específico. Y esta reflexión debe acompañarse de curiosidad para aumentar la implicación y estimular la emulación.

¿Qué tipos de juegos se utilizan en formación?

  • Juegos de reflexión: suele tratarse de juegos de mesa, pero con una vuelta de tuerca, en que hay que responder a preguntas o resolver acertijos. Los juegos de formación de este tipo son ideales para evaluar la adquisición de competencias o conocimientos (toma de decisiones, conocimiento de productos, etc.).
  • Juegos de simulación: el juego es un modelo simplificado que permite reproducir una situación real. La simulación en formación es perfectamente compatible con la adquisición de conocimientos o la adopción de comportamientos. Por tanto, este formato puede usarse para la integración de nuevos empleados en una empresa.
  • Juegos de roles: los alumnos actúan como actores en una situación concreto. Este formato se basa en un aprendizaje basado en el error en que los alumnos son libres de equivocarse y adoptar nuevos comportamientos.
  • Juegos serios: los alumnos se zambullen en un entorno virtual en que pueden interactuar con otras personas. Esto les permite reproducir ciertas situaciones reales y cometer errores sin que esto tenga ninguna consecuencia. Los juegos serios suelen utilizarse como transición entre una formación y la aplicación práctica de las competencias en una situación de trabajo.

¿Cuáles son las ventajas y los inconvenientes de introducir juegos en las formaciones?

Ventajas de la introducción de juegos en las formaciones

Los juegos destinados a la formación ofrecen múltiples ventajas a los alumnos. Aquí presentamos una lista de cinco, pero no es ni mucho menos exhaustiva:

  • Aprendizaje divertido e instructivo. El juego permite desarrollar la interactividad entre los alumnos y crear una dinámica «competitiva» entre ellos.
  • Aplicación práctica de los aprendizajes. Los juegos son ideales para poner en práctica las competencias y los conocimientos que acaban de asimilarse durante la formación.
  • Mayor implicación del alumnado. Los alumnos muestran un grado de implicación mayor en un entorno que los estimula en comparación con una formación más tradicional en que no desempeñan ningún papel activo.
  • Mayor cooperación entre los alumnos. El juego puede ser colaborativo e incentivar a diferentes alumnos a trabajar juntos para resolver problemas específicos.

Inconvenientes de una ludificación de la formación

Como en cualquier método de enseñanza, el juego en formación también presenta una serie de limitaciones:

  • El juego debe responder a un objetivo didáctico concreto y claramente identificado antes del inicio de la formación.
  • El juego debe adaptarse al público al que va dirigido. Por lo tanto, la elección de un juego de formación dependerá del nivel de aprendizaje de los alumnos, pero también de los momentos en que se propongan (obviamente, hay que tener en cuenta el cansancio de los alumnos y evitar juegos que requieran demasiado esfuerzo al final del día, por ejemplo).
  • El desarrollo de algunos juegos puede suponer un desembolso económico importante. Aparte de la compra de material adecuado (software de simulación, por ejemplo), algunos costes también están relacionados con los recursos humanos empleados. De hecho, los formadores deben estar debidamente cualificados para desarrollar juegos durante una formación.

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