¿Cómo definir el concepto de «aula invertida»?
A diferencia de la enseñanza tradicional, un aula invertida transforma el aprendizaje y las clases suelen cursarse desde casa para integrar el entorno personal. De este modo, los alumnos se alejan de las aulas físicas y los grupos de alumnos.
La formación se imparte utilizando diversos soportes digitales.
Todo lo que hay que saber sobre la formación con aula invertida
Desarrollada en Estados Unidos en la década de los dos mil, el aula invertida presenta una serie de características diferenciadoras:
- Flexibilidad: los alumnos pueden cursar su formación donde quieran. Con ayuda de soportes digitales y lecciones pregrabadas, los participantes pueden estudiar cuando quieran (en el tren, en casa, de vacaciones, durante sus desplazamientos, etc.). Un aula invertida se adapta a los horarios individuales.
- Personalización: este método de enseñanza se centra en el alumnado. Los formadores se adaptan a los progresos y las competencias de cada alumno/a. Sin embargo, los participantes desarrollan una capacidad de autoevaluación.
- Facilidad de uso: antes de cada clase, los formadores ponen a disposición de los alumnos todo el contenido didáctico. El aula invertida emplea diversos recursos: vídeos, presentaciones con diapositivas, escritos digitales, etc. Esta forma de aprendizaje revoluciona la relación entre profesionales y participantes.
- Presencia de un/a formador/a: los participantes en un aula invertida están siempre acompañados por un/a profesional cualificado/a. Esta persona será la encargada de analizar sus aptitudes, corregir las tareas de clase y consolidar las competencias y los conocimientos de los alumnos.
Ventajas e inconvenientes de este método de aprendizaje
Este formato está cosechando un gran éxito, sobre todo entre las empresas, ya que es similar al formato MOOC. Sus ventajas son numerosas:
- Los formadores están a disposición de los alumnos para ofrecerles un seguimiento personalizado.
- Los alumnos progresan a su propio ritmo.
- Gracias a esta interacción y este enfoque pedagógico, los participantes en un aula invertida están más motivados y comprometidos con su trabajo.
- Este tipo de aprendizaje está diseñado para hacer frente a la falta de tiempo de los alumnos. A menudo, los empleados se niegan a seguir cursos de formación o abandonan el aprendizaje porque su agenda está demasiado ocupada. Con este nuevo enfoque, pueden cursar la formación donde quieran.
- Los alumnos tienen un papel activo. Ya no basta con sentarse en una silla y escuchar a su docente durante unas cuantas horas. La interacción y el enfoque de los formadores favorecen la participación de los empleados.
- Este aprendizaje invertido reduce los costes, puesto que son inferiores a los de una formación presencial.
Sin embargo, para garantizar el éxito de este método de aprendizaje, es necesario autodisciplina. Dado que el contenido se pone a disposición de los alumnos, estos deben sentir curiosidad e interés por los cursos. Según una encuesta realizada a 204 empleados, el 41 % afirmaba carecer de motivación, lo que resta eficacia al aula invertida.
Además, el formato digital puede suponer una barrera para los alumnos. Según un estudio realizado en 2016, el 26 % de los empleados no tenía nivel suficiente para trabajar con un ordenador.
El aula invertida es una opción ideal para alumnos motivados, disciplinados e independientes. Este método de aprendizaje incentiva a los participantes a adquirir nuevos conocimientos en un tiempo mínimo.
